Pese a que el sol, en su condición de astro rey, pasa sorpresiva revista a nuestro invierno, sigo convencido de que el cañazo es el destilado perfecto para la estación y que además, fuera de esta, puede acompañarnos tan bien como cualquier otro destilado y en la forma en que mas disfrute el beberlo.
La mala fama que aún persigue a nuestro cañazo la padecieron en algún momento el gin, el vodka, nuestro pisco y no hay destilado alguno que no haya sido víctima de la producción desmedida y sin regulación, la industria clandestina ó la adulteración, sumado a esto, en lo que es una especie de convivencia alcohólica que existe y existirá por siempre, el mercado nos ofrecerá productos extraordinarios, buenos, regulares, malos y malísimos, prueba de ellos es la coctelería misma que nació con la aguardientosa necesidad de disimular la mala calidad de ciertos alcoholes.
Nos toca dar un paso más, si consigue el cañazo correcto no tendrá más alternativa que rendirse ante las evidencias:
-Cuando el frio arrecie, un shot puro o algún macerado que Ud. mismo puede preparar con kion, aguaymanto, guindon, etc., un licor de café para los amantes de este ultimo o el conocido “calentito” con todas sus variantes.
– Si lo que quiere es refrescarse un par de hielos le van perfecto o si prefiere algún coctel la caipirinha fue hecha a su medida, le recomiendo también reemplazarlo por el ron en un mojito o piña colada, en lugar del pisco en una algarrobina o mejor aun invente Ud. un nuevo coctel que confirme así su adhesión a la campaña “salvemos el cañazo.”