Hace unos años me fue encargado el comprar un vino para una celebración de trabajo, tenía que escoger un vino que acompañase los finos cortes que nos servirían en un restaurante de carnes a la parrilla, tratándose de un encargo de último momento y por ende el tiempo que tenía para cumplir mi misión era limitado, decidí probar algún nuevo tinto amparado en que, por lo antes expuesto, no se me podría culpar en caso mi elección no haya sido la correcta. Ya en el lugar de los hechos y luego del brindis de rigor descubrimos un vino ligeramente dulce lo que sumo un argumento más a las excusas que ya estaba próximo a brindar (dado que este vino lo encontré en la sección de vinos tintos secos donde hasta ahora lo encontrarás) más grande fue mi sorpresa de que a pesar de que el dulzor no pasaba desapercibido, no recibí ningún gesto de desaprobación ni desentonó con la comida por lo que la velada continuo con normalidad, sumándose lo novedoso del vino a los temas de conversación.
De color rojo granate, en nariz se presentan aromas intensos a fruta madura y canela, en boca es seco, de acidez media y suave astringencia dejándonos un dulce y prolongado final; se ubica en la frontera entre los tintos secos y los tintos abocados sintiéndose cómodo en ambos territorios, es un vino totalmente recomendable, muy agradable y fácil de beber.
Lo serviría como acompañamiento de las comidas, va perfecto con guisos, inclusive los algo subidos de condimento, carnes rojas (en guiso) y blancas, pasta, y/o pasteles salados , el tomarlo frío se hace casi mandatorio en licores con algo o mucho dulzor.
Como dato adicional se produce bajo un método llamado «maduración prolongada» que consiste en realizar la cosecha algunas semanas después de la madurez fisiológica y que le otorgaría el nombre «esperado» y su ligero dulzor.
Información del productor:
12.5 % alc/vol, 750 ml. vino argentino.
Costo promedio: US$ 17