Este es mi primer post que no trata sobre destilados y es que por más que busqué un argumento lo suficientemente sólido (más bien líquido) como para agasajar a las madres en su día con uno de los destilados sobre los cuales me gusta tanto escribir, la razón se apiadó de mí y decidí contarles sobre una de las botellas que aguardaba pacientemente y en la penumbra su momento, quizás a sabiendas de que ninguna otra podría quitarle el protagonismo en esta fecha.
La presentación de esta botella es elegantemente discreta y en una pequeña etiqueta nos dice quizás lo único que necesitaríamos saber para escoger este vino sin dudarlo: Italia por su procedencia, Roscato que es la marca y Rosso Dolce por su tipo.
Mas si esto no le bastó, buscará en las etiquetas información que no encontrará como la cosecha, el tipo de uva y por último, se dará cuenta de que se sella con una tapa de rosca (*), ya invadido por la duda estará a punto de desistir de su compra, a estas alturas solo le queda dejarse guiar por su intuición o por la sincera y desinteresada sugerencia de algún «wine-lover» como Ud. que le dice que no puede dejar de comprar este vino.
Cuando destape esta botella y vea salir algo de gas se dará cuenta de que se trata de un vino espumoso (gasificado en mi opinión), mas sabe bien de que solo le queda servir una copa y esto bastará para despejar todas las dudas que pudieran haber asaltado nuevamente su mente.
De color rojo violáceo y aroma a frutos silvestres en nariz, es un delicioso vino tinto con un sutil toque de efervescencia y acidez que equilibran a la perfección su dulzor.
Ideal para tomar como aperitivo, ensaladas, pasta, embutidos, y/o guisos, servirlo frió.
(*) Cada vez hay más voces a favor de este tipo de sello.
Información del productor:
7% alc/vol, 750 ml.
Costo promedio: US$ 11
Lo probaré, es mi tipo de vino.